Un grupo de estudiantes que parecían ajenos a la enseñanza tradicional que recibían en la Escuela Asunción Rodríguez de Guayanilla, un pueblo al suroeste de Puerto Rico, terminó convirtiéndose en un referente de lo que se puede conseguir con los videojuegos en la educación.
No pasó mucho tiempo antes de que se diera cuenta de que el interés de estos jóvenes a punto de graduarse de la escuela superior se concentraba en los videojuegos, con una fascinación especial por el juego de construcción de mundos abiertos y estructuras de nombre “Minecraft”.
Así que cuando le tocó abordar en clase el tema de las civilizaciones precolombinas, la maestra decidió integrar la pasión por los juegos virtuales que mostraban sus estudiantes con la materia de enseñanza. De esta forma les asignó a sus alumnos realizar informes orales sobre cultura, religión, lengua, costumbres y arquitectura de estos pueblos, y les propuso que, como parte de la tarea, construyeran las antiguas ciudades utilizando el videojuego. De esta forma, nació el proyecto que denominó “Una mirada a la América precolombina”.
En sus casas, con sus consolas de videojuegos Xbox y PlayStation, y conectados virtualmente, los estudiantes trabajaban en la construcción de los pueblos.
El entusiasmo entre muchos de los futuros universitarios fue tal que, aún finalizadas las presentaciones de sus trabajos, han continuado expandiendo sus construcciones de edificaciones históricas en Minecraft. El proyecto se transformó en una organización estudiantil, un club llamado GGG (siglas de Geeks and Gamers of Guayanilla) que integra a alumnos de otros grados, así como del programa de Educación Especial, y se reúne todos los días de clase a la hora del almuerzo para compartir estrategias para adelantar en el juego. El proyecto “Una mirada a la América precolombina” forma parte ahora de la alianza que mantiene el Departamento de Educación de Puerto Rico con la multinacional Microsoft hace cuatro años.
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