En esta época de vacaciones no podemos olvidarnos de protegernos del peligro que representa la exposición larga y continua al sol.
Los rayos o radiaciones ultravioletas (UV), son totalmente invisibles al ojo humano y no proporcionan ninguna sensación de calor, por lo que se pueden estar expuestos a estos sin darse cuenta.
Respecto del tema, la doctora Miguelina Mejía de Pellerano indica que en la radiación ultravioleta se distinguen varios subtipos y uno de ellos es UVA que representan el 95 % de los rayos ultravioleta, los cuales penetran de manera profunda en la piel acelerando y acentuando el foto daño.
Añade que estos pueden provocar el desarrollo de cáncer de piel, estimular la aparición de arrugas, manchas, falta de elasticidad, irritación y el bronceado; también pueden presentarse afecciones a nivel ocular, entre otras.
La exposición solar genera fotoenvejecimiento, un proceso caracterizado por la aparición prematura de lesiones en la piel como arrugas finas y profundas, sequedad, flacidez y aspereza de la piel, así como micro várices y cambios pigmentarios. Otro dato importante es que la absorción de los rayos ultravioleta por el cristalino del ojo contribuye a acelerar la formación de cataratas.
Los rayos o radiaciones ultravioleta (UV) en fuerte dosis pueden causar daños irreversibles para la salud.
Recomendaciones. Evite la exposición directa al sol entre 10:00 a. m. y 4:00 p. m., especialmente para niños y adolescentes. Aplique regularmente una crema solar que proteja de ondas UVA y UVB, la cual debe aplicarse con un mínimo de 30 minutos antes de la exposición solar, y debe tener un índice de protección no menor al 30 o 50, dependiendo de la edad. Renueve la aplicación cada 2 horas y después de cada baño.
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