SEVILLA (España).- Los socialistas (PSOE) ganaron hoy sin mayoría las elecciones en la región de Andalucía (sur), que han tenido como principal características la apertura del espectro político a dos jóvenes partidos, Podemos y Ciudadanos.
Con un parlamento regional de 109 diputados, que sitúa la mayoría absoluta en 55, los socialistas lograron 47 escaños, mientras que el Partido Popular (PP, centroderecha) obtuvo 33, con el 97,65 por ciento de los votos escrutados.
Por detrás quedaron Podemos (izquierda), con quince diputados; Ciudadanos (centristas liberales) con nueve, e Izquierda Unida, con cinco.
Con una mayoría simple los socialistas tendrán que buscar apoyos para gobernar, pero las alianzas no serán fáciles, porque estos comicios de hoy, aunque regionales, adquieren un significado especial a nivel nacional.
Las elecciones andaluzas han abierto un año con varias citas con las urnas, ya que en mayo habrá elecciones en trece regiones y unos 8.000 ayuntamientos de toda España y a finales de 2015 se celebrarán las legislativas para renovar el Parlamento nacional y formar Gobierno.
En la actualidad es el PP el que domina el Ejecutivo central y la mayoría de los poderes locales, con el PSOE en la oposición, pero todas las encuestas auguran una fuerte subida de Podemos y Ciudadanos, hasta el punto de que los cuatro partidos estarían separados por pocos puntos porcentuales.
Ello abriría un escenario diferente y novedoso en las poco más de tres décadas y media del actual período democrático, que siempre han visto la alternancia de socialistas y populares, porque serían necesarios pactos para garantizar la gobernabilidad.
El caso de Andalucía es diferente, ya que es el principal centro de poder de los socialistas, aunque se trata de la región más poblada de España, con 8,3 millones de habitantes, siempre gobernada por la misma formación.
No obstante, las elecciones de hoy sí apuntan la tendencia a la irrupción de Podemos y de Ciudadanos, dos formaciones que apuestan por la regeneración democrática y que han debilitado las expectativas de votos de los dos grandes partidos, PP y PSOE.
Ambos grandes partidos se han visto perjudicados en los sondeos por varios casos de corrupción y por la crisis económica de estos años en España, que son los dos asuntos que más preocupan a los ciudadanos españoles, según los estudios demoscópicos.
Los pactos en el caso de Andalucía no serán fáciles, puesto que los diferentes partidos serán cautelosos a la hora de llegar a acuerdos, dado que el resto de rivales se lo echará en cara tanto en las elecciones locales de mayo como en las legislativas, en principio previstas para noviembre.
Lo que está en juego en ambas citas son unas mayores cuotas de poder que lo que hay en Andalucía, por lo que las diferentes formaciones serán prudentes.
Las miradas estarán probablemente puestas en Podemos y en Ciudadanos, en especial porque en sus discursos se han dedicado a castigar la forma de hacer política de los dos grandes partidos tradicionales y ahora tendrían que justificar eventuales pactos con ellos.
Los comicios andaluces tienen, además, un interés especial en el caso de los dos principales candidatos: la socialista Susana Díaz (actual presidenta regional) y el popular Juan Manuel Moreno.
Díaz es vista por muchos sectores como una amenaza para el líder nacional del PSOE, Pedro Sánchez, que está al frente del partido desde hace menos de un año.
En cuanto a Moreno, fue una apuesta personal del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y ha tenido un notable descenso respecto a los comicios de hace cuatro años.
Con un parlamento regional de 109 diputados, que sitúa la mayoría absoluta en 55, los socialistas lograron 47 escaños, mientras que el Partido Popular (PP, centroderecha) obtuvo 33, con el 97,65 por ciento de los votos escrutados.
Por detrás quedaron Podemos (izquierda), con quince diputados; Ciudadanos (centristas liberales) con nueve, e Izquierda Unida, con cinco.
Con una mayoría simple los socialistas tendrán que buscar apoyos para gobernar, pero las alianzas no serán fáciles, porque estos comicios de hoy, aunque regionales, adquieren un significado especial a nivel nacional.
Las elecciones andaluzas han abierto un año con varias citas con las urnas, ya que en mayo habrá elecciones en trece regiones y unos 8.000 ayuntamientos de toda España y a finales de 2015 se celebrarán las legislativas para renovar el Parlamento nacional y formar Gobierno.
En la actualidad es el PP el que domina el Ejecutivo central y la mayoría de los poderes locales, con el PSOE en la oposición, pero todas las encuestas auguran una fuerte subida de Podemos y Ciudadanos, hasta el punto de que los cuatro partidos estarían separados por pocos puntos porcentuales.
Ello abriría un escenario diferente y novedoso en las poco más de tres décadas y media del actual período democrático, que siempre han visto la alternancia de socialistas y populares, porque serían necesarios pactos para garantizar la gobernabilidad.
El caso de Andalucía es diferente, ya que es el principal centro de poder de los socialistas, aunque se trata de la región más poblada de España, con 8,3 millones de habitantes, siempre gobernada por la misma formación.
No obstante, las elecciones de hoy sí apuntan la tendencia a la irrupción de Podemos y de Ciudadanos, dos formaciones que apuestan por la regeneración democrática y que han debilitado las expectativas de votos de los dos grandes partidos, PP y PSOE.
Ambos grandes partidos se han visto perjudicados en los sondeos por varios casos de corrupción y por la crisis económica de estos años en España, que son los dos asuntos que más preocupan a los ciudadanos españoles, según los estudios demoscópicos.
Los pactos en el caso de Andalucía no serán fáciles, puesto que los diferentes partidos serán cautelosos a la hora de llegar a acuerdos, dado que el resto de rivales se lo echará en cara tanto en las elecciones locales de mayo como en las legislativas, en principio previstas para noviembre.
Lo que está en juego en ambas citas son unas mayores cuotas de poder que lo que hay en Andalucía, por lo que las diferentes formaciones serán prudentes.
Las miradas estarán probablemente puestas en Podemos y en Ciudadanos, en especial porque en sus discursos se han dedicado a castigar la forma de hacer política de los dos grandes partidos tradicionales y ahora tendrían que justificar eventuales pactos con ellos.
Los comicios andaluces tienen, además, un interés especial en el caso de los dos principales candidatos: la socialista Susana Díaz (actual presidenta regional) y el popular Juan Manuel Moreno.
Díaz es vista por muchos sectores como una amenaza para el líder nacional del PSOE, Pedro Sánchez, que está al frente del partido desde hace menos de un año.
En cuanto a Moreno, fue una apuesta personal del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y ha tenido un notable descenso respecto a los comicios de hace cuatro años.
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