
Tarde del viernes. Sobrevives a una dura semana de trabajo, empiezas a recoger tus cosas y empiezas a pensar en tus planes de fin de semana. De repente, te llega un grosero correo electrónico por parte de un colega. ¿Cómo respondes a ese mensaje que te arruinó el día?
La tentación es redactar un mensaje lleno de retórica malintencionada y una buena dosis de altanería y agresión pasiva. Pero, casi siempre, esto termina siendo una mala idea.
Los emails desagradables y el manejo de los días difíciles en la oficina fueron temas abordados recientemente por expertos influyentes de la red social profesional Linkedln.